En palabras
El fotógrafo, o la soledad.
Hoy he quedado plenamente convencido, si es que me quedaba alguna duda. Con tu cámara tienes que establecer una especie de relación amorosa, porque es con quien mas tiempo a solas pasarás muchos de los días que dure tu etapa en activo. Yo creo que por éso las diseñan con ésas curvas, para que por lo menos sean algo atractivas.
Con ella compartirás cosas tan emocionantes (¿?) como la espera a que el sol se coloque en la posición que tu quieres, o a que pase un coche amarillo (sí, tiene que ser amarillo) justo por el carril central de la calle (no, no vale el carril de la derecha o izquierda).
Hoy ha sonado el despertador a las 3,15h (¡¡¡!!!), para poder estar metido en el coche a eso de las 4 de la mañana y estar en Sevilla sobre las 9h. Y todo este madrugón porque quería hacer una foto a un edificio con el sol en una determinada posición, y no me valía ninguna otra porque me fastidiaba la composición: el sol en su sitio, para que una sombra también estuviese en su sitio (o en el que yo quería que estuviese...). Si es que va a ser verdad que los fotógrafos somos un poco tiquismiquis...pero que demonios! merece la pena!!
Al llegar al edificio aún faltaba un rato para que el sol ocupase la posición que quería, así que...a esperar: 1 coche rojo, 2 coches rojos, 3 coches rojos, 4 coches rojos,...1 verde...y así hasta que llegó el momento. 40 minutos de espera con la D3 preparada y apenas 5 minutos tomando las fotos.
Estación de Santa Justa: coloco el trípode y espero a que pase un tren por las vías. Yo tenía en mente algo como la estación de Atocha de Madrid, por la que pasan unos 300.000 trenes por segundo y no tienes apenas que esperar para hacer una foto con un tren en movimiento. Pues bien, o me equivoqué de andén, o de hora, o de día, o de yo qué sé qué, porque me tiré esperando unos 20 minutos a que un tren pasase por la vía a la que estaba enfocando y ná de ná. Pero es que además yo no quería un cercanías, sino que tenía que ser un tren blanco, por aquello del contraste con el fondo y claro, la cosa ya se complicaba aún más. Aquí como no se ven los coches me pongo a contar los colores de las camisas: 1 camisa azul, 2 camisas azules, 3 camisas azules,... Por fin se oye: "vía 12, Altaria con destino...", bien!! es mi vía y es un tren blanco!!
Por la tarde igual. Quería un atardecer y un determinado brillo en un determinado sitio, así que...de nuevo a esperar: 1 coche rojo, 2 coches rojos, 3 coches rojos, 4 coches rojos,...1 verde...hasta que el sol cae (35 minutos después), el brillo aparece donde yo quiero y puedo hacer las fotos.
Pues éso, que yo entiendo perfectamente a la gente que piensa que nuestro trabajo es un poco particular con estos temas, pero lo que no saben ellos es la satisfacción que te inunda cuando después de horas de espera consigues captar justo la imagen que tenías en mente. Éso no se puede explicar, ni falta que hace...si no te gusta la fotografía, nunca lo entenderás.
La luz lo es todo para nosotros y merece la espera que haga falta.
Hoy he quedado plenamente convencido, si es que me quedaba alguna duda. Con tu cámara tienes que establecer una especie de relación amorosa, porque es con quien mas tiempo a solas pasarás muchos de los días que dure tu etapa en activo. Yo creo que por éso las diseñan con ésas curvas, para que por lo menos sean algo atractivas.
Con ella compartirás cosas tan emocionantes (¿?) como la espera a que el sol se coloque en la posición que tu quieres, o a que pase un coche amarillo (sí, tiene que ser amarillo) justo por el carril central de la calle (no, no vale el carril de la derecha o izquierda).
Hoy ha sonado el despertador a las 3,15h (¡¡¡!!!), para poder estar metido en el coche a eso de las 4 de la mañana y estar en Sevilla sobre las 9h. Y todo este madrugón porque quería hacer una foto a un edificio con el sol en una determinada posición, y no me valía ninguna otra porque me fastidiaba la composición: el sol en su sitio, para que una sombra también estuviese en su sitio (o en el que yo quería que estuviese...). Si es que va a ser verdad que los fotógrafos somos un poco tiquismiquis...pero que demonios! merece la pena!!
Al llegar al edificio aún faltaba un rato para que el sol ocupase la posición que quería, así que...a esperar: 1 coche rojo, 2 coches rojos, 3 coches rojos, 4 coches rojos,...1 verde...y así hasta que llegó el momento. 40 minutos de espera con la D3 preparada y apenas 5 minutos tomando las fotos.
Estación de Santa Justa: coloco el trípode y espero a que pase un tren por las vías. Yo tenía en mente algo como la estación de Atocha de Madrid, por la que pasan unos 300.000 trenes por segundo y no tienes apenas que esperar para hacer una foto con un tren en movimiento. Pues bien, o me equivoqué de andén, o de hora, o de día, o de yo qué sé qué, porque me tiré esperando unos 20 minutos a que un tren pasase por la vía a la que estaba enfocando y ná de ná. Pero es que además yo no quería un cercanías, sino que tenía que ser un tren blanco, por aquello del contraste con el fondo y claro, la cosa ya se complicaba aún más. Aquí como no se ven los coches me pongo a contar los colores de las camisas: 1 camisa azul, 2 camisas azules, 3 camisas azules,... Por fin se oye: "vía 12, Altaria con destino...", bien!! es mi vía y es un tren blanco!!
Por la tarde igual. Quería un atardecer y un determinado brillo en un determinado sitio, así que...de nuevo a esperar: 1 coche rojo, 2 coches rojos, 3 coches rojos, 4 coches rojos,...1 verde...hasta que el sol cae (35 minutos después), el brillo aparece donde yo quiero y puedo hacer las fotos.
Pues éso, que yo entiendo perfectamente a la gente que piensa que nuestro trabajo es un poco particular con estos temas, pero lo que no saben ellos es la satisfacción que te inunda cuando después de horas de espera consigues captar justo la imagen que tenías en mente. Éso no se puede explicar, ni falta que hace...si no te gusta la fotografía, nunca lo entenderás.
La luz lo es todo para nosotros y merece la espera que haga falta.
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